Llevo tiempo queriendo organizar en casa una cena “diferente”. Si bien es normal pensar en maridar la comida con el vino para potenciar los sabores, siempre he querido dar un paso más en el mundo de los sentidos. ¿Porqué no maridar los momentos?
Mi “fantástica” cena consiste en que cada uno recree una situación especial de su vida que quiera compartir, y para ello debe expresarlo a través del gusto (comida y vino) pq si no no cenamos, y después puede aderezarlo con el oído (una canción, un poema, un sonido..), la vista (un vestido, unos zapatos, un cuadro..), el olfato (un perfume), el tacto (una tela, un objeto, un suspiro..) y de lo que la imaginación y creatividad sugieran su expresión.
Quizás se convierta en un teatrillo casero o en un escenario parecido al recreado en la cena de la última película de Álex de la Iglesia, pero estoy segura que no nos dejará indiferentes a los asistentes. Ah! Algunas reglas del juego: 1) transmitir desde el corazón y cerrar la puesta en escena con una frase y 2) “lo que pasa en esa cena, se queda en esa cena”.
En mi caso, me rondan por la cabeza varios momentos de mi vida para interpretar, pero si tengo que elegir uno acontecido en Jerez, me quedo con mi primera feria y no puede faltar en mi foto mental, un elegante catavino, medio lleno de fino, en la mano.
Son muchos los expertos que están trabajando en crear combinaciones, destacando a François Chartier: sumiller molecular, esforzándose en crear combinaciones aromáticas perfectas, e intentando desmontar eso del vino blanco con el pescado y el tinto con la carne. En el mundo de los vinos de Jerez, cabe destacar a Pepe Ferrer, embajador por excelencia del mundo Sherry, estuvo trabajando con González Byass en una aplicación de móvil capaz de maridar todo tipo de comida con vinos de Jerez (https://itunes.apple.com/es/app/tio-pepe/id529526969?mt=8). Hay muchas otras referencias más: Lustau también ha ilustrado una guía muy visual y sencilla de maridajes.
Bien es verdad que no existe sólo un maridaje perfecto, y al final, el ideal es el que te guste a ti. Yo de bien pequeña, acompañaba el pescado en salsa verde de mi madre con chocolate y me parecía una fantástica combinación.
Pero cual fue mi sorpresa, que el pasado Junio, tuvimos la oportunidad de disfrutar de una cata de flamenco y sherry “De tal palo tal Jerez” de la mano del gran Josep Roca (o Pitu como se le llama de forma cariñosa) y Diego del Moral. Fueron dos maestros, capaces de coordinar sus dos pasiones: gastronomía y guitarra flamenca. Disfrutamos 10 vinos de Jerez seleccionados con 10 palos de flamenco. ¿y cómo lo hicieron? Ambos recorrieron muchas bodegas intentando buscar combinaciones, mientras Pitu le preguntaba a Diego: “ ¿a qué te suena?” fue Diego del Morao quien acabó contestando “no hay tanto palo de flamenco, para tanto palo de Jerez”.
Y llega el Festival de Flamenco de Jerez y me gusta ver cómo se mantiene esa vinculación, esa forma de expresar que van tan de la mano. Es desde la bodega del Consejo regulador donde se presentan las “Tertulias de Bodega”, son ambas artes que se potencian el uno al otro. La experiencia saboreando un vino se perfecciona aportando nuevos sentidos como la música, y viceversa. Personalmente la música me entra mucho mejor con una copita para dejarme llevar por sus notas.
Espero pronto llevar mi cena “fantástica” a la realidad, elegir bien a los invitados y jugar… Es más, el otro día me comentaba una amiga una foto que publiqué en Instagram: “dame la receta de tu vida” y me hizo pensar: si mi vida fuera una receta ¿cuál sería?.. si yo fuera un plato ¿de qué se trataría?.. seguro que lo maridaría de vino, música y más cosas… ¿Y si igual me faltan ingredientes como a Diego le faltaban palos?.. ¿Y si no se han inventado todavía o no existen?..
Bienvenidos a otra dimensión creativa de papilas gustativas!