Cuba: El despertar de los sentidos

Debo reconocer que en mi vida hubo un antes y después. Quería escribir un blog como el que hice de Australia, también viajaba sola, y esta vez estaría 45 días y no quería que se perdiera ni un segundo de los que vivía en esa isla. Pero la vida pasa tan rápido allí que no tenía un momento para escribir. Tampoco ayudaba que para conectarte a internet tenías que comprar unas tarjetas bastante caras y encontrar un punto de conexión, mayoritariamente en hoteles internacionales, cuya wifi era peor que pésima.

Me preparé el viaje con un par de guías (imprescindible la Guía Lonely Planet) pero iba mentalizada que era un viaje para improvisar y dejarse llevar. Una isla llena de música y alegría. La experiencia de fluir, se convirtió en un ir y venir de gente en mi vida, de muchísimas nacionalidades: argentina, iraní, inglesa, finlandesa.. y por supuesto cubanos.

Fue un viaje de contrastes: aprendí de la generosidad y también sobre la maldad para sobrevivir, de la opulencia de la naturaleza y de la miseria en las casas, sobre el sexo natural y sin tapujos y del mercadeo del cuerpo.. y muchas más cosas. Vivencias que no se pueden contar pero que vienen a mi memoria, y vendrán toda mi vida.

Como recorrido en la isla, recomiendo Viñales, la Habana, Trinidad y Santiago de Cuba por este orden. El resto de lugares que estuve no los recomendaría especialmente si vas pocos días. En cuanto a los alojamientos, yo me hospedé en casas particulares. Ni se te ocurra a ir casas que no sean oficiales, te puedes encontrar de todo, y cuidado porque harán por colocarte en casa de algún primo. En cuanto a moverte dentro de la isla, en mi caso me armé de paciencia y utilizaba la «guagua» (autobús), pero si vas acompañad@ alquilaría un coche, pero mejor haz la reserva desde tu país de origen.

Mi plan de vida era excursión por la mañana y por la tarde me apuntaba a clases de salsa en la mejor escuela que del lugar que estuviera. Conoces gente y te lo pasas bombas. Pero qué ritmo tienen los amigos! Además con suerte, te sale algún plan para la noche y sigues bailando hasta la madrugada. Eso sí, que en tu casa sepan siempre donde vas.

Viñales es una explosión de naturaleza. No te pierdas un paseo a caballo por las plantaciones de tabaco, para acabar fumándote un puro mojado en miel. Organiza una excursión a Cayo Jutías y te escapas a la playa de las estrellas de mas. Seguramente te recitarán alguna poesía o te invitarán a alguna bebida, preparada para torear todo tipo de piropos e incitaciones de toda índole. Por la noche, en la plaza del pueblo, hay un bar que tiene una pista de baile muy auténtica donde se montan auténticos espectáculos de baile y es muy pero que muy divertido salir a bailar con ellos porque son encantadores.

La Habana: paseo por el malecón, visitar el hotel Nacional de Cuba y tomarte y un bocadillo cubano viendo el mar. A Cuba he ido un par de veces (antes y después de la muerte de Fidel Castro), y la Habana cambió una barbaridad. Crecen los hoteles de lujo y la oferta. Imprescindible los conciertos en La Fábrica de arte cubano y si quieres candela, la casa de la Música de Miramar.

Trinidad: me encantó bucear allí. Los corales más bonitos que he visto nunca. Verdaderas esculturas de Gaudí.

Por supuesto que existe el follón del cambio de moneda y que si pueden te timan con los CUCs y para cambiar o lo haces en el hotel pagando más caro o te expones a estar en una cola más de dos horas. Eso sí, esas dos horas charlas con todos y bien seguro te echas unas risas. Lo mismo con las tarjetas de telefonía.

En cuanto a gastronomía allí, vaya por delante a que adelgacé diez kilos. Imprescindible: Un buen sándwich cubano en La Habana en Sloppy Joe’s acompañado de un cocktail. En Viñales, recomiendo la Ventana o Sunset (agro ecológico), unas vistas preciosas y se come de lo mejorcito de la zona.

Hay tantas cosas que contar que viví en Cuba, pero que nunca escribiré, que sólo os invito a que la visitéis y disfrutéis, y que tengáis vuestra propia experiencia cubana!

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